¿No estáis cansad@s de hacer y de comer las empanadillas siempre con el mismo relleno?, yo sí, y como me encanta eso de probar nuevas cosas y aprovechando que había comprado una morcilla he improvisado esta receta, que por cierto a mí me encantó ( a mi marido no tanto porque no es mucho de combinación de sabores).
Ingredientes: - 1 cebolla.
- 2 o 3 cucharadas de azúcar.
- 1 chorrito de vinagre de módena.
- 1 morcilla (no la utilizaremos toda, dependerá de las empanadas que queramos hacer).
- Masa de empanadillas.
- Aceite o mantequilla.
- 1 huevo.
Lo primero que haremos será caramelizar la cebolla. Para ello la partiremos en juliana muy fina. Calentamos aceite en una sartén y pochamos la cebolla a fuego muy baja hasta que la cebolla esté transparente, es decir, unos 15 minutos más o menos (si vemos que se nos quema podemos añadirle una cucharadita de agua). Una vez pochada le añadimos el azúcar, mezclamos bien para que se funda y le incorporamos el vinagre de módena (la cantidad dependerá de como nos guste de acidez). Reservamos. Desmenuzamos la morcilla, mezclamos con la cebolla caramelizada y rellenamos los obleas de las empanadillas. Sellamos los bordes con un tenedor para que no se salga el relleno. Batimos el huevo y pintamos las empanadas. Precalentamos el horno a 180º, metemos las empanadillas y horneamos hasta que estén doradas. Si queréis, en lugar de pintarlas con huevo y hornearlas las podéis freír en una sartén, pero hoy he optado por hacerlas así para que no quedaran demasiado grasas.
¡¡¡Buen provecho!!!